martes, 5 de mayo de 2009

Juán Gelman, "Valer la pena", cuatro poemas


Viajes

La poesía tiene aceites para limpiar la palabra.
Es más grasosa que la vida y deja manchas que llevamos sin merecer.
Quema. Es movimiento de su obra y devuelve el pasado a su pasado.



Olores

Comemos y nos cuidamos. ¿Quién
nos cuida la desesperación? A veces
la voluntad se tierniza y piensa
este mundo cómo una
ilusión favorable. A condición
de que se queden los piés,
de que los buques no lastimen.
Ésta debe ser una tristeza urbana
los edificios no dialogan y
el cansancio silba. Niños
piden limosna y no huelen
a gardenia. Allí, secos.



Babas

Los derrotados visten trajes de la nada. ¿Son
un signo absurdo ahora?¿se
congeló la utopía en sus cabezas?
Se los ve en cafés afligidos,
molestan, hablan
con un fulgor maltrecho en la boca
que no se termina de apagar. ¿Siguen
en la pasión de violar al mundo
y no ser violados por el mundo?¿insisten
contra la estupidez? o callan y se limpian
la baba que el tiempo deja caer sobre ellos. Escriben
papeles que nadie alcanza a ver.
Tienen nombres no dichos
sobre sus huesos quietos ya.



Humos

Está quieta la tarde en el café. Pasa
la niña que pide y
se llama Marí. Su tristeza
pisa la ciudad y rostros
que dieron su vida por la vida y
la niña repite. El sueño
es un libro enrollado, echa humo
como si fuera un horno grande. Su mano dice
que el mundo es cóncavo.

1 comentario:

Javier Cánaves dijo...

De Gelman sólo leí País que fue será. Anoto esta lectura. Saludos.