Algunos
tienen en la vida un gran sueño y no logran sostenerlo. Otros no tienen en la
vida ningún sueño, y tampoco logran sostenerlo.
Fragmento 146
(...) Todo cuanto el hombre expone o expresa es una nota mental al margen de un
texto borrado. Más o menos, por el sentido de la nota, inferimos el sentido que
podría haber tenido el texto; pero queda siempre una duda, y los sentidos
posibles son muchos.
Fragmento 148
Escribo demorándome en las palabras, como ante vidrieras en las que nada veo, y
son medio-sentidos, cuasi-expresiones lo que me queda, como colores de telas
que miré sin ver, armonías exhibidas y compuestas de no sé qué objetos. Escribo
acunándome, como una madre loca a un hijo muerto.
Fragmento 155
viernes, 27 de noviembre de 2009
Fernando Pessoa. Fragmentos del libro del desasosiego. (3)
sábado, 3 de octubre de 2009
Las muertes de Maurice Blanchot (II)
La esperanza de transgredir la ley estaba ligada a la decepción que, en el movimiento mismo de la transgresión, le conducía a dictar una ley semejante, aunque con más poder, que había que transgredir entonces de nuevo, sin esperanza de conseguirlo más que dictando de nuevo una ley siempre superior, lo cual convertía el tránsito infinito de la ley a su transgresión y el de dicha transgresión a otra ley en la única infracción capaz de mantener la eternidad de su deseo.
Página 53
El pasado
fue escrito, el porvenir será leído. Esto podría expresarse de la forma
siguiente: lo que fue escrito en (el) pasado será leído en el porvenir, sin que
ninguna relación de presencia pueda establecerse entre escritura y lectura.
Página 60
No soy dueño del lenguaje. Lo escucho sólo en su borrarse, borrándome en él,
hacia ese límite silencioso al que espera ser reconducido para hablar, allí
donde falla la presencia lo mismo que falla allí donde el deseo conduce.
Página 61
La voz sin voz, un susurro que, al no oírlo ya, él no sabía si seguía oyéndolo
todavía, a veces vibración tan aguda que estaba seguro de ello: era el trazado
chirriante de la tiza sobre la pizarra.
Página 64
Del libro "El paso (no) más allá", Blanchot Maurice, 1994, 1° ed 1973, Trad. Cristina Peretti
sábado, 5 de septiembre de 2009
Las muertes de Maurice Blanchot (I)
La
muerte, al ser aquello a lo que no estamos acostumbrados, nos acercamos a ella
o bien como lo inhabitual que maravilla, o bien como a lo no-familiar que
horroriza. El pensamiento de la muerte no nos ayuda a pensar la muerte, no nos
brinda la muerte como algo que hay que pensar. Muerte, pensamiento, tan
próximos que, pensando, morimos, si al morir nos permitimos no pensar: todo
pensamiento sería mortal; todo pensamiento, último pensamiento.
Pág. 29
¿Un recuerdo imperfecto?¿Una absoluta mentira?¿Una verdad con tropiezos?¿Un
deseo silencioso?
Pág. 32
(morir): una remota leyenda, una antigua palabra que no evocaba nada, a no ser
el pensamiento que sueña que hay una modalidad del tiempo desconocida. Lograr
la presencia, morir, dos expresiones igualmente hechizadas.
Pág. 47
Del libro "El paso (no) más allá", Blanchot Maurice, 1994, 1° ed
1973, Trad. Cristina Peretti