Ahora no tengo nada que escribir y estoy harto de escribir sobre no tener nada que escribir. Por eso ahora escribo sobre lo cansado que estoy de escribir que no tengo nada que escribir. Creo que también escribí esto alguna vez.
Una historia paralela a la de Juan Salvo, una leve historia de otros sobrevivientes donde, de manera casual el Eternauta pase fugazmente, como de perfil, haciendo solo un comentario sin importancia.
Usted se parece a mí por donde se lo mire, le dijo, aterrado y en voz baja, al espejo.
Era de tarde y seguíamos atados jugando a que nos escondíamos y siempre juntos
y cuando el día se iba apagando era vernos de cerca y tocarnos descubriendo un
mundo imposible y prohibido y la fragancia del calor emanaba como el aire
contra las flores.
otoño de 2008
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